jueves, 9 de julio de 2020

ANTE LA PANDEMIA EL DIÁLOGO INTERCULTURAL DEBE FLORECER




Hoy conversaba por teléfono con un amigo dirigente nativo de tiempos históricos, un ciudadano de a pie, sencillo como el solo, aun cuando hace tiempo fue uno de los más grandes líderes nativos de país. Aunque él lo niegue, para mi él es algo así como un médico naturista. Dotado de conocimientos ancestrales y ascendencia entre los nativos, es al mismo tiempo un nombre muy modesto.

Lo llamé porque supe que estuvo enfermo de la famosa pandemia, de la que se ha curado. Ahora está orientando a los nativos de su zona en las formas curarse con los medios ancestrales.

No es de mi interés explicarles cómo se curan o no los nativos, sino verter algunas conclusiones de esa conversación: Él ve confusión y desconcierto en los sistemas de salud, y reconoce que los pueblos originarios de la amazonia han enfrentado contagios y gripes muchas veces a lo largo de la historia y saben cómo hacerlo. Para él los nativos “acriollados” creen en la medicina occidental y por eso sufren más pérdidas. Y me contó muchas cosas más que me llevan a la siguiente conclusión; los profesionales formados con el conocimiento “Occidental” acunamos la verdad como el derecho de los ilustrados, desconociendo que el que no fue, como nosotros a la universidad.  puede saber, y por tanto él debe acatar las instrucciones de nuestro buen saber. Si me preguntan, yo no me sometería como primera opción un tratamiento ancestral, pero yo soy un hijo de esta cultura citadina y occidental en la que vivo.

Ahora queremos enfrentar una pandemia, y me pregunto ¿Las comunidades nativas y campesinas son organizaciones importantes en la lucha contra la pandemia o solo súbditos obedientes a los que les vamos a decir “qué hacer”?. A demás ya hemos visto lo difícil que es imponer medidas en las ciudades, se imaginan lo que será hacerlo en el mundo rural.

Controlar el controlar el contagio, superar el hambre y la reactivación económica son procesos complejos que necesitarán aliados. Por eso creo que hoy debe florecer el diálogo intercultural para enfrentar la pandemia y sus efectos.

¿Cómo florece el diálogo intercultural?

1.      Escuchando.- prestando atención a los que nos dicen. Debemos tomar nota de la valoración que hacen de los hechos quienes no piensan como nosotros.



2.      Hablando.-  los pueblos indígenas quieres escuchar, saber que pensamos, ver nuestras ideas sobre la mesa. Los políticos y técnicos debemos comprender que todos tienen derecho a saber lo que pensamos antes de tomar una decisión que podría afectarlos.



3.      Aceptar.- La verdad no es propiedad de nadie, el diálogo intercultural nace de aceptar que es tan buena tu verdad como la mía. Y si vamos a discutir en un diálogo intercultural no lo hagamos negando la verdad del otro, ni si el otro tiene la razón.



4.      Explicar.- No podemos imponer nuestra verdad, pero podemos explicarla, ninguna cultura es ajena al razonamiento lógico y al sentido común. Si explicamos correctamente lograremos más que negando la verdad del otro.



5.      Comprender.- En un diálogo intercultural se necesita empatía, si no podemos asimilar las creencias del otro, y ponernos en su lugar acunaremos un rechazo innecesario. Si por el contraría incorporamos los saberes ajenos a nuestro acervo quizás se nos ocurra algo mejor.



6.      Proponer.- Al dialogar entre culturas la discusión se centra en encontrar qué es lo mejor, por eso hay que proponer, con argumentos, en lugar de discutir quién tiene la razón.



7.      Concordar.- Un buen resultado es reconocer puntos de encuentro, cosas en las que podemos colaborar, porque ambos creemos en ellas.



En un momento tan difícil debe florecer en nuestra sociedad el diálogo intercultural, como forma de construir las bases de una lucha conjunta contra la pandemia y sus efectos.

EL VALOR DE LAS ORGANIZACIONES SOCIALES EN UNA PANDEMIA





Al momento en el Perú son relativamente pocos los casos de COVID-19, uno 314 oficialmente, como toda epidemia hay la posibilidad de que este número no crezca mucho más gracias a las medidas restrictivas del contacto social, y a la acción de los servicios de salud. Pero, si no es así, cuántos infectados más pueden llevar a que se amplíe el plazo del aislamiento social, y con ello todos los efectos sobre la economía y la vida de los más pobres.
Cada día que pasa es un sacrificio para el aparato público abocado a controlar la situación. Los militares y policías se arriesgan al contagio, pudiendo en cuarteles y comisarias contagiar a sus colegas. El personal de salud, lo pasa peor ya que puede llevar cada día el virus a su hogar. El personal que hace el recojo de la basura y la limpieza pública camina barrio por barrio a riesgo de infectarse.
En una cuarentena el país gasta los recursos y reservas de todos los peruanos, incluso se endeuda para atenderlos. Si todo esto dura poco en un corto tiempo los resultados económicos del aparato productivo peruano compensarán las pérdidas. Y todo volverá a la normalidad. Pero, ¿si no es así?
Quizás sea el momento de pensar en las organizaciones sociales de base, aquellas que fueron capaces de combatir el hambre y el terrorismo con la misma fuerza, y siempre triunfaron. Y refiero específicamente a las que tienen control territorial, tales como juntas vecinales, comités de regantes, clubes de madres, comités de vaso de leche, comedores populares, comunidades nativas y campesinas, rondas campesinas, etc.
Estas organizaciones tienen 7 capacidades muy útiles en el control de una epidemia, las que paso detallar:
1.       Organizar a la población para cumplir las tareas que el servicio público ya no puede atender, y hacer que la gente cumpla una serie de acciones como la limpieza, la vigilancia epidemiológica, el apoyo a los desvalidos, el aislamiento de los contagiados, o sospechosos de contagio, etc.

2.       Controlar el desplazamiento y actividades de las personas para reducir su exposición. Hay que recordar que un policía que controla la calle difícilmente conoce a la gente con la que se cruza, y viceversa. Sin embargo, en una organización social la gente se conoce, y sabe que seguirán viendo mucho tiempo después de esta epidemia. Esto hace que la capacidad coercitiva de una organización de base sea mayor.

3.       Informar tanto a la población como a los sistemas de salud y fuerzas del orden. Una organización puede llevar la información a sus miembros con rapidez y puede convertirse al mismo tiempo en una red de inteligencia sanitaria.

4.       Educar a la población sobre todo en las medidas de bioseguridad y prevención que necesitan saber, así como de otras estrategias para palear las dificultades que implique la epidemia, el aislamiento, entre otros.

5.       Asistir a los desvalidos, como parte del organizarse para atender la crisis que implica la epidemia, la solidaridad y la ayuda directa pueden ser conducidas desde organizaciones sociales.

6.       Alimentar. En el último de los casos los comedores populares, clubes de madres, comités de vasos de leche, ollas comunes o cualquier otro mecanismo solidario de alimentación puede palear el hambre que sufren las familias que viven de la informalidad o que son victimas del desempleo.

7.       Distribuir. Adecuadamente orientadas las organizaciones sociales de base pueden hacer llegar mediante padrones, los alimentos, medicinas, material de limpieza y otros bienes a cada familia, convirtiéndose en canales de distribución.

Hay barrios o localidades donde la enfermedad no ha entrado, y que podrían organizase para que no entre. Y al mismo tiempo mantener los servicios mínimos para una vida digna colaborando con el aparato público.
Es momento de pensar en el rol activo de la población.

CONFLICTOS POLÍTICOS O CONFLICTOS SOCIALES




El día de hoy, por una amable invitación de la Dra. Delia Muñoz, a la que alcanzo mi agradecimiento, hice una presentación en la Maestría en Solución de Conflictos de la Universidad San Martín de Porres, de la que soy egresado. En el marco de esta presentación surgieron preguntas con respecto a la validez de los términos “conflictos políticos” y “conflictos sociales”.
Sucede que habitualmente siempre me he referido a “conflictos políticos”, pero no porque el concepto “conflictos sociales” sea equivocado, sino porque los conflictos más relevantes para la vida pública tienen un fuerte contenido político. Normalmente los conflictos en los que me ha tocado participar o los que he estudiado han merecido la observación de aspectos como la lucha por el poder, la ideología, los actores políticos, la movilización de masas o los medios de la política.
Otro aspecto muy importante es que referentes internacionales como el Barómetro de Heidelberg se refieren a los conflictos relevantes para la vida pública como conflictos políticos, esto es desde disputas sociales hasta guerras.
¿Qué hay en un conflicto que nos hace pensar que es “político”?
El que sea un hecho político no lo hace bueno o malo, solo es una propiedad que podemos reconocer por las siguientes características:
1.       LA LUCHA POR EL PODER:
Normalmente la autoridad ejerce legítimamente el poder y para eso en muchos casos ejerce la fuerza. Cuando un grupo dentro de la sociedad disputa la capacidad de decidir que tiene la autoridad, bien sea mediante la incidencia o la violencia, esta luchando por el poder. Ya que esta luchando por la capacidad de imponer su voluntad sobre la sociedad, con lo cual esta disputando el poder de la autoridad.

En otros casos la lucha es más evidente porque el grupo en conflicto busca reemplazar a la autoridad o subvertir el orden.

2.       LA IDEOLOGÍA:
Las ideas que subyacen a algunos conflictos se fundan en ideologías políticas, a las que podemos reconocer por sus premisas. Estas nos revelan las tendencias de los líderes y nos ayudan a comprender el mapa soluciones que pueden ser aceptadas o rechazadas.

3.       LOS ACTORES POLÍTICOS:
Al observar podemos encontrar autoridades, líderes de diferentes tipos como: líderes de opinión, lideres de masas, lideres carismáticos, etc. Junto con ellos podemos encontrar cuadros políticos de especialidades como la ideología, la formación de cuadros, la movilización de masa, la captación de militantes, prensa y propaganda o gestión de gremios.

4.       LA MOVILIZACIÓN DE MASAS:
En cuanto a la movilización de masas podemos reconocer el uso del mercado de expectativas o el mercado de influencias. El uso alterno de la masa en campañas electorales, incluso la movilización de militantes organizados o la movilización por intimidación.

5.       LOS MEDIOS DE LA POLÍTICA:
En cuanto a los medios de la política podemos reconocer las luchas simbólicas, la gestión de la prensa y propaganda, la incidencia, la intriga, y otros tantos medios que ya habrá otro momento de explicar.



BUSCAR MEJORES OJOS UN ATAJO EN LA SOLUCIÓN DE UN CONFLICTO MULTI-ACTOR



Cuando trabajamos en una zona en particular afinamos nuestros sentidos al punto que distinguimos con rapidez a los actores, los procesos sociales, cambios en los planos de la realidad, los mapas de poder, y los medios políticos utilizados. Pero en otros casos nos ha tocado participar de manera cotidiana en procesos muy diversos. Me acuerdo un día estar en Chalhuahuacho, y dos días después en Pichanaqui, o en Chiclayo. Es decir, en lugares geográfica y culturalmente muy distintos.
Aun cuando cambiar continuamente de realidad social, y participar en diferentes tipos de conflictos nos puede ayudar a afinar nuestros sentidos, creo que confiar solo en lo que uno ve es un error. Por eso normalmente he enviado a zonas de conflicto a las personas que pueden ver más y mejor. Cuando he tenido un conflicto con nativos amazónicos he enviado a los especialistas acompañados de otros nativos miembros del equipo, porque comprendía que ellos verían cosas que el resto de los profesionales no podrían ver.
Por ejemplo, un amigo me contaba que mientras negociaba con nativos en contacto inicial pudo notar que los ciertos niños tenían tuberculosis y su respuesta fue cortar el diálogo e iniciar la atención inmediata de estos niños. Este giro de timón acabo con el conflicto porque los nativos agradecieron su sensibilidad y buen criterio.
Hay también quienes con facilidad pueden distinguir entre foráneos y locales, entre líderes y manipuladores, entre consenso e intimidación, o entre un proceso espontáneo y uno inducido.
Hay muchas cosas que una persona familiarizada con una cultura puede ver, pero dos son sumamente importantes:
1.       LA COMUNICACIÓN NO VERBAL:
Durante un diálogo, una protesta o una negociación, los actores que uno tiene al frente comunican muchas cosas de maneras no verbales. Las personas en grupo nos comunicamos permanentemente, y decimos cosas como a qué subgrupo pertenecemos, que nos estamos organizando para hacer algo, que tenemos afinidad o discrepancia con otro miembro del grupo, que estamos presionando a alguien, que estamos dando un mensaje a la población con nuestros gestos o la pintura en nuestros rostros, etc.
Esta información es muy importante para nuestro comportamiento en las reuniones o el manejo de un enfrentamiento. Así también sirve a la hora de hacer sociometrías, mapas de actores, mapas de poder, mapas de medios políticos, y en general al estudiar la semiótica del lenguaje.
2.       LOS CAMBIOS EN EL ESTADO DE ANIMO:
Durante los enfrentamientos, las negociaciones o los diálogos, las personas experimentan cambios en sus estados de animo a nivel grupal, que nos adelantan una escalada o desescalada, un rechazo a nuestras propuestas o una aceptación tácita, una división en el grupo, o por el contrario su fortalecimiento.
Era común que se me acercara un miembro del equipo y me dijera al oído, “el grupo tal ya esta arto de escuchar al otro grupo, van a terminar peleándose”, o “la gente esta cansada, avancemos más rápido con la reunión”, y etc. Pero lo más importante es reconocer cómo esta respondiendo el grupo a las propuestas, al debate, a la tensión, y a los acuerdos. Lo peligros es estar avanzando bajo una cúpula de cristal que se puede derrumbar solo con dar un paso más. Y es que no vasta con que el líder no diga que sí.
Cuando uno practica la oratoria se acostumbra a ver al auditorio seguir con su estado de animo nuestras palabras, o desconectarse de lo que decimos. Un buen orador en su medio social puede llevar a la audiencia al estasis o darse cuenta rápidamente del rechazo. Pero fuera de nuestro medio social necesitamos un colaborador que pueda orientarnos. Y no me refiero solo a lo que pueda decir uno mismo, en un diálogo multi-actor, necesitamos reconocer los efectos de todos los participantes sobre el resto de la concurrencia.
UNA ANOTACIÓN FINAL
Alguna vez me cuestionaron por tratar de diversificar los equipos profesionales de manejo de conflictos, ya que algunos creen que el conflicto es un tema de científicos sociales, sin comprender que en el mundo rural hay cosas que un agrónomo, un veterinario, o un campesino pueden ver, que yo como sociólogo no veo. La profunda inserción cultural que alcanzar algunas personas por su experiencia profesional o política, sumada a una gran sensibilidad, es algo difícil de poner en un término de referencia. Por eso creo que es deber de los que nos dedicamos a la resolución de conflictos dar una explicación más amplia sobre las habilidades y competencias que requiere un equipo humano para el manejo de conflictos.

EL COMERCIO AMBULATORIO COMO CONFLICTO SOCIAL



Recuerdo que en mi infancia a modo de broma preguntaban ¿Qué está haciendo una manguera en la esquina?, y de hecho no estaba regando el parque, la respuesta era “vendiendo mangos”. De la misma forma me pregunto ¿Qué hace un ambulante en el gramado de un parque, que no vende dulces o viandas?, pues perdiendo el tiempo. Y es que hay que considerar algo muy importante la venta ambulatoria es un negocio oportunista que se localiza dónde puede interceptar un flujo de clientes.
El ambulante como su mismo nombre lo dice “ambula” y lo hace en busca de sus clientes. Se trata de comerciantes que desplazan su mercadería a los lugares donde más ventas pueden tener. Si vemos que coinciden en algún lugar es porque un flujo de clientes los atrae. Enviarlos a un coliseo, un parque o una plaza, no tiene ningún sentido, en tanto en ese lugar no exista un flujo de clientes, y eso se debe a la forma en que está planteado su negocio. Si se les ofrece un lugar lo más probable es que pongan un familiar para no perder el sitio y siga siendo ambulantes como siempre.
El ambulante tiene poco capital, por lo que necesita dar la mayor rotación posible a su mercadería para sobrevivir. La gran parte de los ambulantes salen de sus hogares con la expectativa de vender todo en una jornada.
El ambulante por lo general tiene poco stock, en todo caso puede ser abastecido por un almacén. Por tanto, no va a llenar una tienda o un local comercial.
El ambulante vive del diario, se dice que “si no vende, no come”, o rápidamente se descapitaliza, por lo que sale diariamente, y dejará de hacerlo si surge otra actividad económica que le resulte más atractiva.
El ambulante vende lo que el mercado demanda y puede rápidamente cambiar de rubro si su producto no se vende bien. Por eso necesita información de mercado, y la busca continuamente.
El ambulante busca a sus clientes, en lo flujos urbanos, por lo que se encuentra en paraderos, mercados, zonas comerciales, en la puerta de centros de trabajo, universidades y colegios. Y siempre buscará un lugar apropiado para interceptar a sus clientes.
Algunos ambulantes están especializados, lo que los hace más fáciles de formalizar y ubicar en puntos de la ciudad, como los vendedores de periódicos y de alimentos.
Hay que agregar a todos esto que es un trabajo duro, y lleno de privaciones, propio de gente motivada o dicho de otro modo muy necesitada. El vendedor ambulante desarrolla habilidades para vender y sobrevivir en la calle al mismo tiempo. Podemos resumir que su negocio consiste en instalarse en los flujos humanos cargados de clientes, con el fin de obtener la máxima eficiencia comercial, con el mínimo capital, salvando para ello todas la privaciones y dificultades que se presenten.
¿QUÉ HACER CON EL COMERCIO AMBULATORIO?
Comercio ambulatorio hay en todo el mundo, la diferencia esta en cómo lo organizan, incluso se puede decir que en algunos lugares es parte de los corredores turísticos. Sin embargo, algunas medidas pueden considerarse dentro de la idea de ordenar el comercio urbano, tales como:

1.       FORTALECER LOS COMERCIOS FORMALES. - Es probable que algunos de los que vemos hoy como ambulantes, sean en comerciantes formales que han decidido salir a las calles, esto debido a las restricciones al comercio formal, desde las propias de la pandemia, como todos los trámites y licencias que se impone al comerciante formal.

2.       MITIGAR LOS RIESGOS. - Ciertamente la pandemia impone riesgos de salud sobre las interacciones humanas, entre ellas el comercio. Y dado que no es posible acabar con el comercio ambulatorio de un día para otro, hay que manejar este riesgo como cualquier otro reduciéndolo y mitigándolo. Para eso hay que poner más baños públicos e imponerles normas de convivencia. Capacitarlos y controlar que cumplan las reglas, antes que solo reprimirlos.

3.       ORGANIZARLOS. - Los ambulantes son un capital humano constituido por personas motivadas, trabajadoras y eficientes. Cuya escasez de capital y falta de oportunidades los lleva a este modelo de negocio. También son anómicos, por eso al organizarlos se puede conseguir de ellos algún nivel de autoregulación.

4.       RECONVERTIRLOS ECONÓMICAMENTE. - Podemos ver al ambulante como un emprendedor, con diferentes carencias. Al estudiarlos debemos encontrar entre ellos a grupos formalizables y capaces de constituir un negocio comercial de mayor tamaño, con algún apoyo. A otros reinsertarlos al mercado laboral gracias a su habilidad en ventas y similares. Y a otros seguramente más capaces, se los puede orientar a emprendimientos económicamente más grandes.

5.       APOYAR LOS EMPRENDIMIENTOS PRIVADOS. – Son los empresarios del sector construcción y comercio los que pueden creer espacios viables para el comercio, y en cierto modo absorber al comerciante informal y entre ellos al ambulante. En lugar de tratar de sacrificar infraestructuras públicas como parques o complejos deportivos que son tan necesarios para la comunidad. Hay que trabajar con los inversionistas privados el desarrollo de zonas comerciales que permitan organizar a los informales.

El tema no es acabar con el comercio ambulatorio o informal, sino ordenar la ciudad, dando a ciertas zonas de la ciudad las condiciones para aglutinar el comercio, de manera rentable y sostenible. Recordemos que el comercio ambulatorio sigue los flujos urbanos, y eso es lo que hay que planificar correctamente.